oh!myWedding: La boda de Emma y Gustavo

La verdad que las bodas que juntan nacionalidades tan diferentes nos encantan, el año pasado tuvimos la suerte de organizar dos bodas muy especiales entre diferentes culturas y aprender muchos de ellas. Por eso en cuanto vimos la boda de Emma y Gustavo, ella sueca, él español, supimos que teníamos que enseñárosla. Paula G. Furio nos enseña esta romántica boda con fotografías tan cuidadas y tan especiales que no podréis hacer otra cosa que disfrutar de ellas.

El vestido con aire vintage de Emma era de la británica Jenny Packham, un bonito diseño lencero con escote en V, de líneas fluidas y unas delicadas mangas de encaje, drapeados y un aplique de pedrería en la cintura para realzar su figura. Lo combinó con unos preciosos zapatos escotados de Manolo Blahnik en color blanco, regalo de Gustavo. Los exclusivos pendientes de esmeralda de Armando Martínez fueron un regalo de su suegro. El conjunto perfecto lo remataba el velo, una auténtica reliquia de la familia de Gustavo que ha pasado de generación en generación.

El traje de Gustavo fue confeccionado en la histórica Saville Row, en Londres, por Julio Mompó. Sus zapatos eran de Berswick y la corbata de Drake's London.

La ceremonia fue oficiada por una amigo de los novios, en español y en sueco, en la iglesia de San Juan del Hospital, en pleno centro de Valencia. Después de la ceremonia hubo un momento muy emotivo cuando una amiga de la pareja cantó para ellos.

Emma se implicó al 100% en el diseño de la boda, diseñó las invitaciones, las tarjetas de agradecimiento, un librito con el menú y unas líneas dedicadas a cada invitado, una especia de "quien es quien" muy divertido.

El banquete se celebró en la Arrocería Duna, en el parque natural de la Albufera. Emma y Gustavo confeccionaron un menú que simbolizaba su paseo por Suecia, Japón y España y sus restaurantes favoritos de cada lugar. Siguiendo las tradiciones suecas, había dos maestros de ceremonias y dos damas de honor. El banquete fue de lo más activo, con discursos por parte de los invitados que hicieron de la cena algo muy muy especial. Entre plato y plato cantaban y brindaban con un chupito. Además, como bien manda la tradición sueca, sentaron a los invitados pensando en las cosas que tenían en común, fomentando la relación entre todos y dando lugar a que invitados a que invitados que no se conocían de nada se sentaran en una misma mesa ¡Nos encanta esta forma para que los invitados interactúen!